Reflexiones del verano (I)

Nos han querido convencer de que el barrio de Lantzarte necesita imperiosamente un megaparking. Y lo dicen como si fuera una necesidad histórica, una verdad revelada, indiscutible, infalible. Ignorando que el barrio no iba a darle la bienvenida a más cemento y más coches, ruidos y malos humos. Despreciando nuestro tesoro natural y llamándolo residual, dando por hecho que una simple campa con árboles frutales no puede competir con la promesa de 90 coches estacionados y una carretera que no conduce a ninguna parte. Pobres árboles, ellos no sabían que no cotizan en bolsa y que aún quedan polític@s dispuestos a liquidarlos y teñirlo todo de color gris.

Pero, afortunadamente, en Lantzarte somos guerrer@s y exigentes con quienes gestionan nuestros impuestos. Más si cabe cuando no muestran ninguna sensibilidad con la naturaleza ni con los pequeños placeres de la vida,. Por eso nos hemos rebelado y no claudicaremos tan fácil como ell@s habrían querido. Aquí seguimos, tras largos meses de lucha, alzando nuestras cazuelas todas las semanas para denunciar las formas y el fondo de este proyecto INCOHERENTE e INVEROSÍMIL. Porque resulta que el dichoso parking —ese que avalan 40 tristes votos de vecin@s elegid@s expresamente por no tener garaje, lo pretenden llevar a cabo en contra del INTERÉS GENERAL. Y eso, a bote pronto, es INJUSTO y poco INTELIGENTE. Pero hay otros muchos calificativos para definirlo, y todos empiezan por «i».

  • I de IINSOSTENIBLE, porque meter más coches en el barrio de forma innecesaria es como apagar un fuego con gasolina.
  • I de IRRACIONAL, porque no hay datos transparentes, ni estudios, ni neuronas que lo avalen.
  • I de IMPOSITIVO, como se imponen las cosas en tiempos de arrogancia institucional.
  • I de IRREVERSIBLE, porque supondrá el fin de las campas como espacio de libertad y seguridad.
  • I de INDIGNANTE, porque nos lo han querido vender como un proceso participativo y lo han calificado como “zona residual” sin que se les moviera una ceja.

Y podríamos seguir utilizando calificativos hasta aburriros porque quienes hemos analizado en profundidad este proyecto lo tenemos claro: Este proyecto es INCOSISTENTE, INJUSTIFICABLE, IMPOPULAR e INEXPLICABLE. De verdad que da para una enciclopedia completa.

Hay que tenerlos bien puestos —los proyectos, se entiende— para mirar una campa sin ver que, en su quietud, está llena de vida, alegría y tranquilidad. Despreciando un lugar donde aún juegan niñ@s y crecen una treintena de árboles frutales. Donde las gentes del barrio y del pueblo transitan, habitan e interaccionan unas con otras. Donde las señoras toman el sol en verano , los aficionados a la lectura se sientan a la sombra de los árboles o donde los amantes de lo perros pasean con sus mascotas.

Pues así es, señoras y señores. Y aquí no pasa nada. A la chita callando, el proyecto avanza como una apisonadora con su tramitación y sus pertinentes licitaciones, sin escuchar la voz del barrio, sin respetar la naturaleza y sin mirar atrás. En definitiva, ignorando y despreciando a l@s much@s vecin@s que preferimos conservar nuestro tesoro natural antes que hormigonarlo y llenarlo de coches y viales sin sentido.

El afán urbanizador de este Ayuntamiento arrasará todas las campas que aún nos dan respiro en Berango para sembrar, en su lugar, asfalto y humo.

Berangotarras, si no hacemos algo para evitarlo, a la vuelta del verano (si no antes) llegará la destrucción de la campa más emblemática de nuestro pueblo y comenzarán a llegar las excavadoras y hormigoneras, por no hablar del tránsito de camiones y operarios que romperán la paz del barrio durante los próximos meses. ¿Y todo para qué? Pues para ejecutar el proyecto estrella que tiene nuestro equipo de gobierno para esta legislatura y convertir nuestro pulmón verde en una superficie cementada de 2400 m2, capaz de albergar más de cien toneladas de automóviles que permanecerán allí estacionados hasta que alguien quiera usarlos.… Mucho mejor que lo que ahora tenemos ¿verdad? Dónde va a parar… Y todo ello en nombre del progreso y el ultraconfort mal entendido que nos hará cada vez más esclavas del coche y de la necesidad de aparcarlo, donde sea….

Por alguna extraña razón, Berango redobla su apuesta por el automóvil privado y el urbanismo salvaje que acaba asfaltando hasta el sentido común.

Con sus políticas expansionistas y de corto plazo, nos quieren IMPONER este «aparcamiento de aeropuerto», como acertadamente lo calificó un vecino del barrio que tiene más mundo a sus espaldas que todo el equipo de gobierno actual. Algo INCOMPRENSIBLE e INNECESARIO para cualquier humano con cierta apertura mental y visión de futuro. Y quién sabe si también algo ILEGAL.

Así que sí: El Parking de Lantzarte se escribe con la «i» de INCOHERENCIA, de INFAMIA, incluso de IMBECILIDAD, si se me permite la expresión. Pero siempre habrá esperanza. Porque aquí, en el barrio seguiremos luchando con INSISTENCIA, ILUSIÓN e INTEGRIDAD contra un equipo de gobierno INSENSIBLE con la naturaleza, INTRANSIGENTE con sus conciudadan@s e INCONGRUENTE con sus propios discursos de participación y sostenibilidad.

Algun@s pasarán a la historia por querer cementar una campa que nadie, en su sano juicio quiere perder. En definitiva, IM-PER-DO-NA-BLE.

Continuará ¡FELIZ VERANO!


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